jueves, 23 de julio de 2015

El chabón anónimo


Casi todos los hombres se desviven por tener sexo. Yo no. No soy un asceta ni un amanerado que no ha salido del clóset, si es eso lo que estaban pensando. Nada más lejos. Estoy conforme con quien soy, me gusta mi apariencia; de hecho, queda mal que lo diga, pero qué mierda: luzco bastante bien, lo nota en las miradas de los otros. Pero como decía, lo mío no es el sexo. Yo sólo aspiro a fumarme un porro antes de ir a trabajar y luego otro y otro si acaso el tiempo y las circunstancias juegan a mi favor. ¿Acaso no pueden dejar a un hombre beber su cerveza en paz? Pues lo mismo con el faso, loco. Ayer pegué línea con uno de Floresta y aquí estoy, de lo más tranqui, fumando de ese que te pone de la cabeza mientras le doy al trago y pienso en quién carajos necesita sexo cuando se está así: solo y con la lucidez de los espantos. 

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