lunes, 19 de octubre de 2015

La carne de Phoenix


Hablan sobre Dostoievski y ella dice que ha leído toda su obra. Él se asombra. Yo sonrío complacida por asistir de nuevo al visionado de una película de Woody Allen porque ahí, de un modo u otro, siempre encuentro a un aliado.

Pero esta vez pone la carne justa: la de Joaquin Phoenix. Vamos, ya tendríamos bastante con él solo, pero no: el director nos lo muestra como a un profesor de filosofía alcohólico, atormentado, juerguista y brillante. Y Phoenix toma por asalto la pantalla con esa panza divina y esa carterita de whisky que saca a cada rato para poder sobrellevar lo que todos sabemos: la vida. 

Para, Woody Allen, que así cualquiera se enamora. Aunque estemos claros: Phoenix y la bellísima Emma Stone no alcanzan. Es jodido no seguir extrañando 'Crímenes y Pecados'. 

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