Román es un borracho de playa El Agua. Me cuenta que lo llaman Cangrejo y también El Rey del Desnalgue. Al día siguiente no recuerda lo que me narró la noche anterior. Cangrejo dice que quiere cogerme, se ríe e intenta unos pasos de baile. Yo bebo de su botella de ron y me extravío en el derroche de su borrachera, porque la vida, pienso, siempre se da ahí, en el exceso. «Yo abandoné mis riquezas para entregarme a la vida de callejero», agrega. Voy a tomarte una foto, Cangrejo. Brindemos por nosotros, los malaconducta.
jajajaja, què tripa la descripciòn breve y detallada. Sentí salitren losojo.
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