miércoles, 13 de febrero de 2013

Ciudad y despecho

Caminar de regreso por una ciudad de la que salimos huyendo es vivir un despecho. Uno se halla años después en las calles que abandonó porque ya el cuerpo no soportaba algunos males, reviviendo la sensación que le condujo a marcharse pero con miles de recuerdos sobre quién fue ahí, cuánto bebió, se drogó, se enamoró y volvió a desilusionarse. No me agrada el afán por asignarles características humanas a las ciudades porque, aunque es cierto que las tienen, a veces de ese abuso sólo queda una estampa cursi más acorde a un mal libretista de telenovela. Lo que sí es innegable es que se puede huir de las ciudades como se huye de un vicio y, al volver, toda la realidad nos cae concisa y de golpe. Por ejemplo: que nos fugamos esperando un algo que nunca llegó, que lo que parecía indestructible también se resquebrajaría y, sobre todo, que seguimos andando sin destino, a tientas, sin saber porqué huimos, adónde vamos, quiénes seremos. Tal vez ninguna ciudad pueda brindarme esas respuestas, pero el fracaso y la incertidumbre se sienten como un fardo sobre los hombros. O quizá huimos para poder volver y sentarnos en nuestro café favorito y oír cantar a un anciano espontáneo mientras concluimos que siempre nos quedarán las nostalgias, y que vivir es ir fragmentándose de a poco y por calles lejanas y distintas, como lo son las de Chacao, mi antiguo barrio caraqueño, y Balvanera, mi actual barrio porteño. O para beber una cerveza a solas en la barra de un bar y preguntarse si se terminará en un futuro como la otra mujer solitaria de la barra: bebiendo con cara de mal de amores a las dos de la tarde mientras el sol hace hervir las aceras. Debe ser por ese ánimo tan arrabalero del regreso que hoy, en mi caminata por lugares que quise y quiero tanto, no paré de tararear un tema de Camilo Sesto: hay que tener la entereza para vivir los guayabos. 





3 comentarios:

  1. Ese video, Cristina por Dios, dignidad ante todo...
    Incluso al ser cronista de lo chimbo, dignidad.
    Viendo el video me siento como en un mundo mágico de esquizofrenia, tipo "Y cómo es él" pero flotando en negación.

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  2. jajajajajaja, vos no me pidas dignidad que la tengo escasa.

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  3. Hace un par de años, en una bebedera de caña en el lugar que tengo alquilado, un pana se resco y otro que estaba peor, saco de su ipod a camilo sesto y este primer pana se las sabia todas jajajajajajajajajaja, coño camilo sesto que vaina tan buena, el mas pintao las canto y quizas por mis risas se corto y no ejecuto la coreografia que se se la sabe muy bien jejejeje

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