domingo, 2 de enero de 2011

Muchacha aplicada solicita tutor o institutriz.


Quiero estudiar. Me cansé. Llevo rato cansada. Ya superé la resaca post-título con su argumento “hasta aquí llego yo”. ¡Mentira! Si más aplicada no puede ser la muchacha. ¿El problema? Soy distraída. Por eso necesito un tutor. Una institutriz. O mejor: una fila larga de profesores (después veré si los llamo “maestros”, porque ni a Woody, y resulta que por vicios del medio asocio más el título con Chalbaud, y ya eso es bastante pavoso)

Yo siempre fui buena alumna. Nunca me quejé porque “fulano manda demasiado para leer, qué se ha creído, uno tiene otras cosas que hacer con su vida”. Nada de eso.

En la UCV llaman arte contemporáneo a lo hecho en los años 60. Igualito que en el libro de Artes Plásticas del colegio. Entonces dime lo que viene después, para no pasar pena en una reunión de gente conocedora. Dame temas nuevos. Estoy sedienta, porque ni el Dogma (Epa, y eso es de 1995) ¿Cuál Dogma? Llévate tu Nuevo Cine Latinoamericano que después de ti no hay nada.

No me hagas pensar: ponme a pensar. Porque es diferente, nótese cómo la segunda implica deseo, postura (como se pone en cuatro, se ponen tetas, etc.) Siéntame. Explícame. Déjame hacer montones de preguntas. Porque ansío descubrir. Me rebelo contra este marasmo. Que si cuánto tengo que apartar para el alquiler, cuánto puedo gastar en vegetales y antojos; cómprale la comida a los perros, recuerda la píldora anticonceptiva; hace falta jabón y papel toilette; se gastó la goma del grifo y la gotera se ha vuelto insoportable; no tengo pantalón; hace calor y urge comprar vestidos. Basta.

No señor, y una novela por mes no es buen saldo. Y yo no sé leer bien en la computadora: quiero leer mientras él duerme al lado, y subrayar, y sorprenderme, y regresar sobre lo leído y quedarme con la alegría infinita y personal de quien descubrió un secreto que ocultaba el universo. Y estaba allí. Siempre estuvo y yo lo ignoraba y la dicha es inagotable.

Que los profesores me dejen disentir. Que me den textos complementarios. Una biografía para seguir hurgando y así el conocimiento se expanda y nunca tenga fin.

Bello el conocimiento y la cultura-todo-lo-que-no-es-verdor, pero no puedo costearme ningún postgrado, maestría o similar, así que terminaré demandando mínimamente que alguien me dé consejos. Dame un tema, yo lo “googleo”.

Como en ese capítulo de Community en el que Annie y Shirley interrogan a Britta:

- ¿Nos podrías contar más cosas acerca de Guatemala?
- Sí, yo nunca fui a la universidad.
- Deberían descubrir esas cosas por su cuenta
- Pero necesitamos tu ayuda. Hemos estado viviendo del lado equivocado del espejo. Tú eres como Jodie Foster o Susan Sarandon.
- ¿Puedes decirnos qué buscar en Google?

Estoy desesperada. Ni modo.

1 comentario:

  1. No me hagas pensar: ponme a pensar. Porque es diferente, nótese cómo la segunda implica deseo, postura (como se pone en cuatro, se ponen tetas, etc.)
    Lo mejor que he leido hasta el momento, y lo otro es muy bueno.
    Ponme a pensar: Deseo, Sorpresa, Interes, Curiosidad.
    Muy bueno, Gracias.

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