domingo, 26 de diciembre de 2010

Habla por mí

Han sido semanas con otra rutina: por las visitas; porque es diciembre; porque hasta los no creyentes queremos renovar fuerzas y nos vemos sacudidos por el remolino de lo no hecho - lo que falta - lo que duele - lo que sobra - lo pasado - lo que somos y seremos.
Y no logro escribir, no tengo el silencio necesario y he perdido el ritmo y el entrenamiento.
Así que como me aconsejó un buen amigo, dejaré que otros hablen por mí. (He allí la explicación al post anterior)
En buen momento llegó ella, a decir lo que no podía yo:

jueves, 16 de diciembre de 2010

Regresar conmovida

Conmoverse es, muchas veces, ver allí donde había negro. Un instante en el que lo cotidiano emerge nuevo. Apariencia quizás falaz, quizá engañosa, pero nunca antes percibida.
Sumo en segundos una capa, otro nivel de lectura, y enriquezco la apreciación del cuadro. Y me arroba esa revelación.

Se devolvió, compró un “mezclaíto” llamado "Súper Salsa 5", con La Dimensión Latina, Joe Arroyo, La Orquesta Harlow, El Gran Combo y, por supuesto, Ismael Miranda. Se preocupó un poco al ver desaparecer el dinero de su cartera, pero se conformó buscando refugio en la música, como siempre lo había hecho, probablemente la única libertad que tenía un conductor de autobuses. El día se vislumbraba largo y pesado. Suspiró. Encendió su unidad. Arrancó hacia el fractalizado Centro de Caracas, siempre igual, siempre el mismo y, sin embargo, siempre caótico. No sabía por qué, pero en ese preciso momento, se sintió feliz.

Caracas cruzada, Vicente Ulive Schnell.

Gracias, John Manuel. Gracias, Vicente.